Acompañado por estupendos músicos (tres argentinos, dos estadounidenses y un cubano), Paquito D'Rivera dio un inmejorable fin de fiesta al "13º festival internacional de Jazz de Punta del Este".

Punta del Este - La postal que quedará de este "13º festival internacional de jazz de Punta del Este" será, sin dudas, la del final, con Paquito D'Rivera al frente de un grupo multinacional mezclando el jazz con lo latino, el tango con las improvisaciones, el mambo con los solos brillantes de todos los integrantes de la banda.

Los muy jóvenes y ya muy destacados músicos estadounidenses Alex Brown en piano y Eric Doob en batería; los rioplatenses Diego Urcola en trompeta y trombón a pistones, Oscar Feldman en saxo y Walther Castro en bandoneón, y el peruano Oscar Stagnaro en bajo de seis cuerdas, dieron a Paquito -siempre una garantía con el clarinete y con el saxo- el respaldo necesario para la presentación de su último disco, "Funk-Tango".

Como en el disco, D'Rivera interpretó un preludio de Eduardo Pansera, "Libertango" de Piazzolla, o una muy creativa yuxtaposición de "Caravan" de Tisol con "La yumba" de Pugliese. Ese generoso show del artista cubano fue el final de fiesta ideal para un festival que ha logrado sostenerse pese a muchas dificultades.

Los últimos dos días del encuentro fueron la suma de músicos nacidos en distintos lugares del mundo. Otra vez el niño pianista cubanonorteamericano Tony Madruga deslumbró con su técnica (esta vez, junto a Pipi Piazzolla en batería y Popo Romano en contrabajo).

Volvió a sonar el excelente trío del pianista Bruce Barth -con Doug Weiss en contrabajo y Montez Coleman en batería-, pero en este caso para funcionar como base de la muy buena actuación del trompetista Jeremy Pelt . El saxofonista puertorriqueño Miguel Zenón dejó a todos muy satisfechos en un set que compartió con Doob y Stagnaro .

· Ligia Piro
La estupenda cantante argentina Ligia Piro -debutante en el festival- se instaló una vez más como una de las mejores voces jazzísticas de nuestro país, con el respaldo del pianista Darío Eskenazi, y con un repertorio que combinó «standards» con folklore. El arpista colombiano Edmar Castañeda, que ha pasado varias veces por estos encuentros esteños, sigue mostrando su crecimiento.

En esta ocasión, llegó por primera vez con su grupo de extraña formación (Dave Silliman en batería y percusión y Marshal Gilkes en trombón), combinó jazz con música de su país, deslumbró con su técnica, y presentó al público a su esposa, la cantante Andrea Tierra. Si se lo compara con otras ediciones brillantes de estos festivales del Este uruguayo, podría decirse que se redujo la cantidad de nombres súper estelares y que la cantidad de artistas latinos revirtió la ecuación por sobre los norteamericanos. Pero curiosamente -o, mejor dicho, gracias a un inteligente armado de producción- no cedió el nivel.

Y, de paso, el festival sirvió para demostrar una vez más el excelente momento por el que está pasando el jazz en Argentina, un fenómeno del que venimos dando cuenta desde hace tiempo en estas páginas.