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La Nación, 6 de enero de 1999 | Publicado en edición impresa
El jazz larga en Punta
En el balneario esteño comienza mañana el festival de mayor jerarquía del Cono Sur, con invitados del nivel de los pianistas McCoy Tyner y Danilo Pérez, y la dirección artística de Paquito D´Rivera

 
  El jazz larga en Punta

En Punta del Este comienza el festival de mayor jerarquía del Cono Sur

Se pone en marcha, entre mañana y el sábado, una nueva versión del Festival Internacional de Jazz de Punta del Este, en el tambo Lapataia, considerado como el mayor encuentro jazzístico de la región.

Como en los años anteriores, este festival propone para sus tres jornadas una variedad rica, interesante y equilibrada de las diferentes visiones o formas de expresarse que tiene el espíritu jazzístico.

En principio, contar con las presencias de los pianistas McCoy Tyner, Danilo Pérez y Kenny Barron, del baterista Chico Hamilton y, además, del clarinetista y saxofonista Paquito D´Rivera garantiza la calidad del encuentro. El nivel de esta créme musical promete noches de verdadero virtuosismo, donde las modalidades del free jazz, latin jazz o bebop estarán representadas por figuras emblemáticas del jazz actual.

Ahora bien, vayamos por parte. Chico Hamilton junto a Eric Person, en saxo; Cary DeNigris, en guitarra, y Paul Ramsey, en bajo, abrirán hoy la sección internacional del festival.

Hamilton es un prócer de los tambores para la escena jazzística norteamericana. Vital, con una dosis de sofisticación rítmica, este músico nacido en 1921 tocó, entre otros, con Duke Ellington, Lester Young, Charlie Mingus, Dexter Gordon, Chet Baker, Gerry Mulligan.

Su fuerte estilo en los tambores influyó de manera determinante en los bateristas de la costa oeste de los Estados Unidos. Entre la increíble cantidad de solos de batería grabados, dos de los más destacados de todos los tiempos son de Chico Hamilton, "Drums West" y "Mr. Jo Jones", dedicado este último, obviamente, al célebre Philly Jo Jones, quien además fue profesor de Hamilton.

Luego, como cierre de la primera jornada, llegará el esperado James Moody´s Quartet, con Moody en saxo tenor, alto, soprano y flauta; Tood Coleman, en bajo; Adam Nussbaum, en batería, y Mulgred Miller, en piano. Este cuarteto estará realzado por el trombón de Steve Turré, quien participará como músico invitado.

El viernes habrá en el Tambo una verdadera Noche de los Pianos, ya que subirá en primer lugar Danilo Pérez junto al baterista Antonio Sánchez y al bajista Juan Benítez. Este virtuosos músico panameño, que logró una justificadísima fama con su álbum "Panamonk", en homenaje a Thelonious Monk, mostrará ese swing y técnica arrolladora que lo ubican como uno de los líderes de la vanguardia del jazz.

Como si fuese poco, como músico invitado subirá Paquito D´Rivera, es decir que el latin jazz tendrá seguramente nuevas fronteras después de esa noche.

Luego, llega el músico más esperado. El McCoy Tyner Trío, con Avery Sharpe, en bajo, y Aaron Scott, en batería. McCoy Tyner fue el pianista de la época gloriosa del maravilloso saxofonista John Coltrane. Dueño de un estilo que resume la creatividad con la fuerza, este pianista es, además, un eximio compositor. Su estilo es diáfano y reúne la elegancia más exquisita con el nervio del bop.

También se lo podría definir como un "león rugiente" sobre el teclado, que sigue al mismo tiempo la tradición "coltranesca": serenidad, seriedad y religiosidad. La crítica especializada sostiene que McCoy Tyner consigue esa fuerza de esa trilogía sagrada, de la cual nunca se ha apartado.

Para el último día habrá más piano, esta vez Kenny Barron Trío subirá al escenario del Tambo. Junto a Ray Drummond, en bajo, y Ben Riley hará un jazz con aroma experimental.

Si bien su estilo muestra influencias de McCoy Tyner como de Monk, su piano tiene un sonido propio, distintivo, autónomo; ya lo tenía desde sus grabaciones junto al trompetista Chet Baker o como en esos momentos brillantes junto al contrabajo de Charlie Haden y el saxo de Stan Getz.

Cierre con sorpresas

El cierre del festival juntará en el escenario, liderado por Paquito D´Rivera, al trompetista Jon Faddis, al vibrafonista Dave Samuels, al bajo Tood Coolman, al baterista Adam Nussbaum y al pianista Mulgrew Mille, algo así como un supergrupo. Según el organizador del festival, Francisco Yobino, habrá invitados especiales para el cierre, algo así como el Tambo All Stars.

Tres largas noches que, por cierto, mostrarán una vez más la intensidad expresiva que tiene el jazz, sus variantes, sus colores melódicos. La música que definitivamente mejor representa a este siglo que termina.

César Pradines

Lo que hay que saber

Según los organizadores de los festivales de jazz, estos encuentros tienen un fin de promoción turística al hacer distintiva a la ciudad, superando lo estrictamente relacionado con el sol, el mar y las playas y poner el énfasis en un hecho cultural. Ocio y cultura parecen ser una de las mejores parejas de este fin de siglo.

De ahí el interés de Francisco Yobino, organizador del encuentro, en que la muestra de Punta del Este brille por su calidad. Y hoy, ciertamente, se puede definir al del Tambo como el mejor festival de América del Sur, sin rivales.

El festival, cuya entrada es de 50 dólares por jornada, se realiza durante tres noches, de 19 a 24, en el tambo Lapataia, a unos 14 kilómetros del centro de Punta del Este. Un taxi desde allí hasta la tranquera misma cuesta unos 40 dólares. El anfiteatro tiene capacidad para 800 personas y está en medio del tambo: el jazz suena entre vacas lecheras, burros y caballos.

Entre cada número se puede recurrir a los puestos de comidas, donde habrá vino y gaseosas, (entre 1,5 y 2 dólares); sándwiches de lomito o chorizo (2,70) o el bautizado Olímpico, a poco más de tres dólares.

También habrá puestos donde adquirir souvenir como remeras, chops para cerveza, pins y otros artículos a precios que van de 30 dólares para las remeras más caras hasta 3 o 4 dólares para los pins con el logo del festival: la vaca con la trompeta.

A metros del anfiteatro se encuentra el restaurante de Lapataia, en el mismo tambo, donde se pueden comer los famosos ravioles de queso de cabra con algún buen tinto, por unos 25 dólares por persona, y continuar con el deleite de la música. Esta variante, denominada "Jazz cooking", contará con un cuarteto de probado talento. Darío Eskenazi, en piano; Osvaldo Fattoruso, en batería; Nicolás Reynoso, en saxo, y Fernando Bou, en bajo, es el grupo estable hasta el 15 de enero. No será rara la noche en la cual alguno de los músicos que actuó suba y se arme una interesante jam session. Hay algunos jazzman que son número puesto para que suban al pequeño escenario del "Jazz cooking", como Danilo Pérez (dicen que ve un piano y se pierde) y el saxofonista y director artístico de la reunión, Paquito D´Rivera. Buena música, buena comida. Ocio y cultura se llevan bien.

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