Comienza hoy, a las 19, la tercera edición del Festival de Jazz en el Tambo de Punta del Este con una generalizada expectativa por la treintena de músicos que llegaron a esa ciudad. El organizador, Francisco Yobino, en diálogo telefónico con ViaLibre, admite que hay un fuerte interés por el encuentro que ya figura en los calendarios internacionales de jazz.

"En primer lugar, abrimos el año jazzístico; en segundo, es importante haber ganado un lugar en los calendarios anuales y, en tercer lugar, podemos afirmar que es el festival más importante de la región", añade Yobino.

Cálido, este uruguayo emprendedor, explica que la idea del festival no es por hobby ni porque sea un adicto al jazz. "Del Caribe hacia el Norte, no hay ciudad turística que no tenga su festival de jazz; parece ser una condición casi sine qua non para una localidad importante que viva de ese tipo de ingreso", comenta el organizador.

De todos modos, Yobino cuenta que se está lejos aún de alcanzar los modelos que imperan en el mundo desarrollado.

Señala que los festivales, tanto en los Estados Unidos como en varios países de Europa son financiados en un 90% por los sponsors, lo cual deja a la vista la trascendencia que tienen para el mundo privado.

"Aquí, si bien contamos con una importante cantidad de sponsors, sólo cubren el 20% de los gastos totales", añade el entrepreneur.

Sin apoyos oficiales

A pesar del reconocimiento que ya tiene el festival, para Yobino el futuro plantea dudas.

"Hoy, el panorama no es claro. Seguimos sin encontrar eco en el ámbito oficial; no existe cooperación alguna para la realización de este festival", relata.

Concretamente, existe una evidente falta de apoyo oficial. Parecería que como en la Argentina el Estado siempre es socio en las ganancias, no participa en el riesgo y menos aún de las pérdidas.

Por ejemplo, los respectivos festivales de jazz de las ciudades españolas de Canarias, San Vicente, Sevilla y Victoria son financiados por los municipios.

El tema de los músicos le cambia la voz. Yobino asiste desde hace tres años a la Convención de Jazz Time, en Nueva York, donde tomó contacto con la primera línea del jazz mundial.

Un trabajo artesanal

"Mi trato con los músicos es personal; a lo sumo termino cerrando el contrato con su secretaria, pero de ninguna manera contratamos empresas que tiene booking de músicos. Más bien diría que trabajamos en forma artesanal", remata el organizador. En el caso de Ron Carter, que es la estrella de este encuentro, junto con Paquito D´Rivera, Yobino cuenta que lo llamó por teléfono y hubo acuerdo inmediato.

"No fue difícil, este festival tiene un handicap", dice el promotor, quien cuenta que son los propios músicos quienes hacen la mejor propaganda. "Eso nos facilita la tarea", explica, mientras cuenta que Paquito D´Rivera (mientras se desarrolla el diálogo telefónico) se encuentra observando pájaros en un bosque de eucaliptos que tiene el Tambo.

Por César Pradines