Con once años de existencia, el festival de Lapataia, en Punta del Este, se ha convertido en el faro jazzístico de una región que sigue mostrando una vitalidad a prueba de inclemencias.

En efecto, con un calendario que arranca el 4 de enero y se extiende hasta el 8 y con una programación que reúne diferentes expresiones del jazz internacional junto con el latinoamericano, continúa mostrando la solidez de la propuesta.

La undécima muestra tendrá como protagonistas a uno de los tríos más interesantes de los últimos tiempos, con el pianista francés Manuel Rocheman, en cierta línea parental con el estilo de Oscar Peterson; el contrabajista George Mraz, y el legendario baterista Al Foster; el cuarteto del pianista Cedar Walton, con Vincent Herring en saxo alto y soprano, David Williams en contrabajo y Lewis Nash en batería; el trío del pianista Ed Simon, con Scott Colley en contrabajo y Antonio Sánchez en batería, músico este último de Pat Metheny, y el tributo a Elvin Jones, por parte del grupo de los hermanos Marsalis, Delfeayo y Jason, en trombón y batería, respectivamente.

El productor del festival, Francisco Yobino, definió al encuentro como la cita cultural de la península, que tendrá en sus cinco noches un panorama de la actualidad jazzística internacional.

"En esas noches, el público se encontrará con grandes nombres, como Al Foster y Cedar Walton, por ejemplo, y figuras menos conocidas, como los hermanos Marsalis y el pianista Rocheman, y también un guitarrista que recomiendo fuertemente, el brasileño Guinga", explicó este productor agropecuario.

El encuentro tendrá noches brasileñas con las actuaciones del pianista Geraldo Flach y el dúo del guitarrista Romero Lubambo con la cantante Pamela Driggs. El cierre prevé un encuentro con un Trumpet Summit integrado por los norteamericanos Brian Lynch y Stephen Forse, los brasileños Claudio Roditi y Jesse Zadoc y los argentinos Diego Urcola y Juan Cruz de Urquiza, acompañados por el trío de Ed Simon.

La primera noche estará la cantante uruguaya Malena Muyala, el grupo de Andrés Boiarsky con la pianista japonesa Tomoko Ohno y el arpista colombiano Edmar Castañeda, mientras que la segunda noche será dedicada a dos grupos de adolescentes, el del saxofonista alto Alex Han y el de la cantante Phoebe Stubblefield.

Alta demanda de entradas

En línea con el auge que tiene el género en este lado del Río de la Plata, la venta de entradas para el festival muestra una acelerada demanda que hace sonreír a los organizadores que vienen de tener que hacer una reconstrucción del tambo y del anfiteatro, el que debió ser reacondicionado después del tornado que azotó la península en la noche del 23 al 24 de agosto último.

"Llegamos justo con la colocación del techo del anfiteatro y de los equipos, muchos de ellos robados durante el temporal", afirmó Yobino, quien rechaza definirse como un empresario del espectáculo.

Por el contrario, dijo que no sabe negociar; "no tengo convicción para volverme un empresario del espectáculo", explicó, al tiempo que contó que ninguno de los encuentros dio pérdida.

De aquellas noches musicales en la fraccionadora de azúcar en Banfield, Buenos Aires, en 1975, a estos tiempos en Lapataia, Yobino desarrolló una imagen de seriedad que le permitió acceder al necesario financiamiento para realizar una nueva muestra.

"El festival aún no tiene rentabilidad pero da satisfacciones", agregó el productor.

"El resultado fue siempre parejo; pero para este festival conseguí que fuera financiado por sponsors privados. Esto es todo un adelanto, pues costó once años de seriedad obtener este apoyo. Son tiempos difíciles en lo económico y es probable que yo no quede como dueño de Lapataia [el campo donde está el tambo El Sosiego y el festival]; puede ser, incluso, que se deba vender", reveló.