A pesar de las dificultades que afectan a Argentina -de donde viene la mayor parte de los veraneantes de Punta del Este y por lo tanto de los asistentes al Festival de Jazz-, el Tambo Lapataia, la estancia donde producen el mejor dulce de leche (manjar blanco) de la zona volvió a florecer por octava vez como centro jazzístico del cono sur.
Este año el espectro musical abarcó principalmente latin jazz: en tres noches del fin de semana pasado se presentaron en el escenario uruguayo algunos de los máximos exponentes de este importante movimiento. Brillaba entre ellas la figura de Claudia Acuña, que obtuvo un verdadero triunfo en la primera jornada del festival y puso de pie al público en la noche del cierre, cuando cantó a dúo con la cantante brasileña Maucha la canción Corcovado de Antonio Carlos Jobim. En el transcurso de este último par de años la cantante chilena se ha transformado en una estrella de primera magnitud: con su hermosa voz, su fraseo jazzístico y su seguridad arrasa con el público dondequiera se presenta.
El trío que precedió la actuación de Acuña (el saxofonista Chico Freeman con el fenomenal guitarrista argentino-andaluz Hernán Romero y el percusionista David Silliman) resultó una combinación muy inusitada que produjo largas improvisaciones sobre temas de influencia gitana y ritmos sudamericanos.
Traerlo a Chile
Los momentos más sutiles y musicalmente sofisticados se produjeron la segunda noche con el magistral dúo formado por Romero Lubambo en guitarra y César Camargo Mariano en piano. Los dos brasileños entablaron un sublime diálogo musical, de virtuosismo sin par, de armonías y ritmos altamente elaborados y de un swing suave y pujante al mismo tiempo.
La difícil tarea de seguirlos le correspondió al grupo del extrovertido saxofonista cubano Paquito D'Rivera, formado por dos músicos argentinos -Diego Urcola (trompeta) y Darío Eskenazi (piano)-, un brasileño -Sergio Brandao (bajo eléctrico)- y el baterista norteamericano Vince Cherico. Con ellos actuó también Dave Samuels, un verdadero maestro del vibráfono y de la marimba. Con su entusiasmo desbordante y la pirotecnia de su virtuosismo, este grupo logró mantener el elevado nivel artístico creado por el dúo Lubambo/Camargo Mariano y terminó la noche con una compleja obra de Paquito D'Rivera en que participó también su esposa, la cantante Brenda Feliciano.
El domingo, Maucha cantó un programa de canciones brasileñas (la mayoría de Jobim) acompañada por Lubambo, Brandao, Eskenazi y su marido, el extraordinario baterista Duduka da Fonseca. Como invitados actuaron César Camargo Mariano, Claudia Acuña y Paquito D'Rivera.
La noche terminó con Pablo Ziegler New Tango Quartet -un grupo de piano, bandoneón, guitarra eléctrica y contrabajo- interpretando obras de Astor Piazzolla y versiones tangueras y milongueras escritas por su talentoso director. Aunque este año no hubo un despliegue de astros de jazz comparable a años anteriores, el festival uruguayo mantuvo su nivel artístico.
Si algún empresario chileno tomara la iniciativa de conectarse con Jazz en el Tambo
-ofreciendo compartir trabajo y gastos con su dueño, el visionario Francisco Yobino-, aun en estos tiempos difíciles se podría tener aquí un festival de jazz de buena calidad y de costo razonable.
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