MUSICA | Noticias, 13 de enero de 2001 |
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Por: Ricardo Salton | ||||||
El año pasado, a partir del “Festival de los Siete Lagos” organizado por las secretarías de Cultura y de Turismo de la Argentina –que promete una segunda vuelta en 2001- le ha aparecido una saludable competencia en la región al encuentro anual de Punta del Este. Pero nadie puede quitarle a este festival que se realiza cada enero en el Tambo El Sosiego de Lapataia –y que acaba de concluir su sexta edición- el hecho de haber picado en punta y de haber introducido la costumbre de escuchar muy buen jazz en un mismo ámbito y en pocos días. Cada año las dudas aparecen respecto de la consecución del festival por la falta de sponsors suficientes para sostener el costo de un proyecto de tal envergadura. Sin embargo, de un modo u otro, la cosa sigue adelante. Y el mérito es doble, porque todo sucede dentro de un muy alto nivel profesional: a pesar de que tanto su organizador, Francisco Yobino como sus colaboradores, tienen durante el año otro tipo de actividades y son gente del espectáculo. El punto central de estos festivales –el de 2001 no fue la excepción- está en la música. Y esta vez hubo para todos los gustos. La apertura estuvo dedicada a Brasil, con las presencias de la cantante Joyce, del trompetista Claudio Roditi y del acordeonista nordestino Sivuca –especie de clon de Hermeto Pascual-: y alcanzó su punto más alto con el excelente dúo del pianista César Camargo Mariano y el guitarrista Romero Lubambo. Con la segunda noche llegó el jazz más puro. Primero con el vibrafonista Dave Samuels al frente del ensamble de Percusión “Perceum” de Montevideo. Luego con el maravilloso trío que integraron Danilo Pérez en piano, Christian McBride en contrabajo y Roy Haynes en batería. Y por último con el homenaje a George Gershwin –con varios fragmentos de la ópera “Porgy and Bess”- protagonizado por Paquito D'Rivera –además director artístico del festival- con su quinteto y varios invitados –Brenda Feliciano, Raúl Midón, Dave Valentín, Samuels, el pequeño saxofonista prodigio Alex Han. La tercera jornada tuvo un desarrollo irregular. Un pronóstico de “turbonada”- así llaman en Uruguay a una fuerte tormenta de agua y viento- que nunca llegó, obligó a suspender la función cuando estaba tocando el Cedar Walton Trío con Johnny Griffin como invitado. Pero aunque Walton nunca pudo terminar lo que prometía ser un muy buen show, la cosa tuvo su compensación a la mañana siguiente, cuando se completó el programa con los sets del quinteto de Nicholas Payton y del cuarteto de Kenny Garrett. Además de la clásica y contundente actuación del trío de Kenny Barron, el cierre trajo dos homenajes: uno a Astor Piazzolla a cargo del quinteto de Pablo Ziegler -con Samuels, Paquito y el genial Joe Lovano como invitados-: y otro a Dizzy Gillespie. Y así con una especie de gran jam session a cargo de una selección de grandes solistas llegó a su fin el festival de la mejor manera.
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