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MUSICA | Revista Noticias, 15 de enero de 2000
Un nuevo clásico
La quinta edición del “Festival de Jazz en el Tambo” de Punta del Este tuvo a Regina Carter, Michael Brecker, Benny Golson, Phil Woods y Búster Williams, como sus figuras más destacadas.

 

 

 
 
 
  Talentos, Phill woods. Leyenda del saxofón; su prometedor colega, Aaron fletcher; y el consagrado trompetista Terence Balanchard, con sólido acompañamiento, fueron los platos fuertes de un festival inolvidable.

El muy buen tiempo de las cuatro noches del festival, o la conciencia que están tomando los veraneantes de Punta del Este de que se trata de uno de los encuentros importantes de la agenda anual de jazz –y, sin duda el más significativo de la región-, hicieron que esta vez la concurrencia fuera masiva para cada uno de los conciertos. Y si el cielo. La temperatura y la asistencia de público fueron un marco inigualable, lo que sucedió sobre el escenario no estuvo ajeno al prestigio que se ha ganado el evento.

Paquito D'Rivera volvió a ser el director artístico, y en gran medida es suyo el mérito de la elección de los participantes –tarea de la que también participa el productor de todo esto, el empresario tambero Francisco Yobino-. Pero también como músico estuvo a la altura de su currículum, sobre todo en el tributo a Duke Ellington de la noche de apertura –con un cuarteto multinacional y volcado decididamente hacia lo latino- y en su participación en el dúo con Eddie Monteiro.

Salvo la primera de las jornadas –que contó con la muy buena participación del Trío Fattoruso que integran Hugo, Osvaldo y Francisco Fattoruso-, el “soporte estuvo a cargo de un cuarteto argentino-uruguayo que no les fue en zaga a las grandes figuras internacionales. Y vale la pena destacar el crecimiento que mostraron el pianista Darío Eskenazi, el trompetista Diego Urcola y el saxofonista Oscar Feldman – que actuó como invitado- en una formación que se completó con Osvaldo Fattoruso y Federico Righi.

Dos leyendas del saxofón fueron este año los nombres más ilustres del festival: Benny Golson y Phill Woods. Con todo el talento conocido y la experiencia de haber tocado con los más grandes artistas de jazz, ambos reflejaron muy bien sus respectivos antecedentes. Sin embargo, lo mejor llegó de manos de otras figuras menos legendarias pero igualmente prestigiosas y reconocidas. La violinista Regina Carter sorprendió por su entrega, su manejo del escenario, su capacidad de seducción –se metió al público en el bolsillo apenas tocó las primeras notas- y su enorme dominio técnico. Tocó con el acompañamiento de lujo de la pianista Renee Rosnes, del contrabajista John Patitucci y de la baterista Tery Lyne Carrington –que sirvieron para Golson-. También fue brillante lo del contrabajista Buster Williams –otro que va en camino de transformarse en leyenda-, muy bien respaldado por el piano de Billy Childs y la batería de Carl Allen. El saxofonista tenor Michael Brecker fue una verdadera aplanadora de notas e ideas musicales, acompañado por la muy buena base de James Genus en contrabajo, Joel Calderazzo en piano y Jeffreys Watts en batería. El trompetista Terence Blanchard tuvo muy buen set con un grupo grande que conformaron Brice Winston en saxo tenor Edward Simon en piano y los excelentes David Pulphus un contrabajo. Eric Harland en batería y Aaron Fletcher en saxo alto –un músico muy joven que seguramente dará que hablar en los próximos años.- La cantante brasileña Leny Andrade –quien además actuará todas las noches, hasta el 15 de enero, en el restaurante del tambo- subió varias veces como invitada e hizo maravillas con su garganta. Y el acordeonista Eddie Monteiro, en cambio, quedó lejos de las expectativas con un instrumento extraño para el jazz pero digitalizado y utilizado como un sintetizador.


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